Fue Nick Szabo el primero en pensar en protocolos para el comercio electrónico entre desconocidos y propuso por primera vez la idea a principios de los 90.
Hoy los contratos inteligentes son simplemente programas almacenados en una Blockchain que se ejecutan cuando se cumplen condiciones predeterminadas. Al tratarse de una base de datos cifrada e inmutable, mantenida no sólo por un ordenador sino por cientos o incluso miles, la manipulación informática queda descartada.
Por lo general, se utilizan para automatizar la ejecución de un acuerdo para que todos los participantes puedan estar seguros de inmediato del resultado, sin la participación de ningún intermediario o pérdida de tiempo.